Son zonas pequeñas, en ocasiones con prurito, de infección vírica en la piel. Son bastante frecuentes y muy parecidas a las que se producen en otras zonas del organismo (véase Verrugas). Dado que se cree que están provocadas por un virus contagioso, es muy posible que se hayan propagado a partir de verrugas de sus dedos o de verrugas del pene de su pareja. Se propagan con mayor facilidad en condiciones húmedas y antihigiénicas, y a menudo aparecen conjuntamente con una alteración que provoca un aumento de la secreción vaginal, como la infección vaginal por levaduras. Las verrugas se presentan también durante el embarazo, ya que entonces aumenta la humedad vaginal.
En contadas ocasiones, las verrugas presentes desde hace muchos años adquieren carácter maligno. Si cree que tiene verrugas vaginales, acuda al médico para que la examine. Le extraerán una muestra de sangre para comprobar si padece sífilis, ya que algunas verrugas de esta clase están provocadas por el agente de esta enfermedad. Es posible que exista una asociación entre el virus que provoca las verrugas genitales y el cáncer del cuello uterino, de vagina o de vulva.
¿Cuál es el tratamiento?
El virus que ocasiona las verrugas vive en el interior de las células humanas; para eliminarlo deben destruirse las células. Por esta razón, el médico tratará las pequeñas verrugas con la aplicación de una tintura que elimina el virus. En ocasiones, el tratamiento debe repetirse unas semanas más tarde. Si no se obtienen buenos resultados, o si las verrugas son grandes o inaccesibles, se las extirparán en la consulta del médico o bien en el hospital, sin necesidad de que la ingresen. Otros métodos para extirpar las verrugas son la cauterización por congelación, con laser o eléctrica. Si su pareja ha contagiado las verrugas, también ella deberá recibir tratamiento para evitar que usted vuelva a infectarse.
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